domingo, 25 de abril de 2010

1,2,3...foto!

El otro día pensaba en lo tremendamente caprichosa y selectiva que es la memoria. Entonces pensé en lo mucho que me gustan las fotografías y en lo mucho que le facilitan el trabajo a la perezosa de nuestra memoria.

Muchos de mis recuerdos se encadenan y se completan con fotografías. Imágenes que están ahí para recordarme que el aquí y el ahora tienen un ayer, imágenes cargadas de todo, de todo lo que a mi me vale.

Sin embargo, hay una foto que hace mucho tiempo que quiero capturar, pero no hay manera de conseguir.
No por falta de medios, sino por falta de "realidad". Digo "realidad" porque lo que es en mi cabeza, tengo esta foto más que tomada. Pero, ya se sabe que entre la realidad y la imaginación, hay más de un paso y aunque me encuentre muy a gusto paseando a unos cuantos metros del suelo, la realidad, sigue requiriendo tener los pies en la tierra y con los pies en la tierra prefiero quedarme con la foto que tengo en la cabeza que conformarme con cualquier foto mal tomada.

domingo, 4 de abril de 2010

Montoncito.

...no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo.

Hay mucho de verdad en esto y no sólo porque Gabriel García Márquez lo dijese en su día.
Alguna vez me he preguntado que es lo que hace que alguien deje de estar en el montón y pase a estar en tu montoncito.
No suelo encontrar una respuesta, aunque si indicios. Indicios como lo bien que le sienta a una estar a su lado o lo que sale de mi cuando estoy con este alguien, no hablo de cosas extraordinarias, hablo de bienestar, de sentirse a gusto con la otra persona y sobre todo con una misma.
Lo curioso, es que cada una de las personas de nuestro montoncito despierta en nosotros sensaciones distintas. A través de cada una de ellas descubrimos lugares de nuestro interior que hasta ese momento ni sabíamos que teníamos o que, si lo sabíamos, nos costaba llegar a ellos.
Viene a ser algo así como que cada persona del montoncito tiene una llave que, curiosamente, sabe como utilizar para llegar a esos lugares que no se ven a simple vista, pero que suelen valer la pena.
Hay quien lleva el tiempo suficiente como para necesitar un llavero, y yo espero que estos llaveros sean de los que no es fácil ir perdiendo las llaves.
Supongo que siguen quedando muchos rincones con cerradura, también supongo que tendrá que ver con el hecho de que quede mucho por andar.

En fin, yo creo que es aquí donde está la magia, en quien soy yo, cuando estás tú.