martes, 11 de mayo de 2010

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Filtrar pensamientos,
utilizando la cabeza y no el corazón.

Medir la importancia,
para que la cola de las preocupaciones
destaque por no destacar.

Aceptar que hay cosas incontrolables,
cosas que suceden y punto.
Como el ir venir de las personas.
Sobre todo el ir.

domingo, 2 de mayo de 2010

Guionistas.

Constantemente oímos historias.
Historias como la de aquel chico que se acercó a aquella chica en la biblioteca, sin conocerla de nada, para invitarla a un café, café que resultó ser el primero de muchos, muchísimos más.
O aquella historia en la que alguien decide que es el momento de hacer lo que siempre ha querido hacer. Como la de aquella pareja que una tarde decidió que era el momento de dar la vuelta al mundo y a día de hoy van a por la tercera vuelta.
Historias que, por un instante, te llaman a protagonizarlas, a vivirlas en primera persona. Y digo por un instante, porque creo que tenemos la mala costumbre de pensar que lo que les pasa a los demás, lo que hacen los demás y lo que tienen los demás siempre es mejor que lo nuestro. Será que se nos olvida que cada uno de nosotros es diferente y que, por tanto, nuestras circunstancias son también diferentes. Pero son nuestras, es nuestra historia, la que vivimos en primera persona, de la que escribimos el guión, escogemos los personajes (sobre todo los protagonistas), los escenarios...en fin, es la historia a la que podemos ponerle más o menos contraste o ajustar el brillo, si es necesario.