jueves, 23 de diciembre de 2010

Sube.

Cuando suba la marea y la corriente se lleve todo lo que tiene que llevarse. Cuando suba la marea y ya no nos deje ver (sólo) el fondo. Cuando suba la marea y nos acerque un poco más al cielo. La marea, que suba y que nos cubra todo el cuerpo, y llegué a cada milímetro de nuestra piel y nos recuerde que estamos vivos, vivos! Que sentimos el frío, el calor, la alegría, la nostalgia, que temblamos de miedo, pero también de amor, que no somos de piedra, que sentimos, porque estamos vivos. Está subiendo la marea.

martes, 17 de agosto de 2010

Dos soles.

Es una gran observadora, pero siempre observa desde lejos, le gusta pasar desapercibida, así se siente más segura, forma parte de su manera de ser, de su personalidad, de su encanto. Encanto que encanta en cuanto sus ojos se cruzan con los tuyos. Sólo cuenta sus secretos en secreto, porque son suyos, porque son secretos. Abraza con hechos, con gestos y sobre todo, con miradas. Sueña con poder volar, mientras tanto vuela en sueños. De pocas palabras, las justas, las necesarias, todo lo que no dice, te lo cuentan sus dos soles.

lunes, 12 de julio de 2010

Milagros cotidianos.

Yo, mi, me, conmigo y luego, yo otra vez.
¿Qué pasa con el tú, él, ella, ellos...?
Pasa que los olvidamos.
Olvidamos ver más allá de la perspectiva que alcanza a ofrecernos nuestra mirada, más allá de nuestro ombligo, vamos.
Y con cada "yo", "es que a mi...", siempre hay un él y un ella, importantes, muy importantes.
Pluralizar la perspectiva.
Relativizar la importancia.
Aprender a querer lo que haces más que a hacer (siempre) lo que quieres.
Justo ahí está el secreto.
En, como dijo Einstein, vivir como si todo fuese un milagro, en lugar de como si nada lo fuese.

lunes, 28 de junio de 2010

Norte.

Él no lo sabe, pero una de mis mejores sonrisas lleva su nombre. Es más, la diseñó él mismo y lo hizo con tanto cariño, que le salió una sonrisa doble, de éstas que te hacen sonreír por fuera y por dentro.
Él no lo sabe, pero cada una de sus sonrisas, viene acompañada de la acogedora sensación de sentirse la persona más afortunada del mundo.
Él es capitán, lo ha sido siempre, lo lleva dentro. Capitanea de maravilla por mar, pero lo que él tampoco sabe, es que lo hace igual de bien por tierra, tan bien, que por muy lejos que lo tenga, el norte que marca mi brújula, siempre me muestra el camino a casa.
Lo que él sí sabe, es que no hay capitán sin capitana (ni viceversa).

jueves, 24 de junio de 2010

En las alturas.

Jugar en las alturas es increíble pero también arriesgado y los que jugamos o hemos jugado alguna vez allí lo sabemos. En las alturas todo es más intenso, la alegría es ALEGRÍA, las emociones son tales que pueden salir disparadas del pecho en cualquier momento. Desde las alturas se ve todo como no se puede ver desde ningún otro lugar, es más, desde tan arriba no ves el horizonte y andar hasta el fin del mundo (para comprobar que es cierto que no existe el horizonte, que los límites están donde los ponemos nosotros), es uno de tus planes más inmediatos. En las alturas tu perspectiva puede llegar a girar 180º y dejarte completamente del revés. Es más, allí manda él, ella no tiene ni voz ni voto. Si el corazón dice a volar, con o sin alas, volarás, por mucho que la cabeza intente recordarte que no sabemos volar (aún). Sabes que estás en las alturas cuando tu prioridad (en singular) tiene nombre y apellidos, lo que no significa que sea tu única prioridad, ni mucho menos, pero ni en lo más alto los días pueden tener más de 24 horas. Allí arriba todo es tan maravilloso como peligroso. El miedo a caer siempre está, lo que pasa es que si tienes que caer, caerás igual, hayas tenido miedo o no, así que quizás valga la pena olvidar el miedo y aprender a disfrutar de estar a tantos kilómetros sobre el suelo, por que aún después de caer ¿quién te quita lo bailado allí arriba? (nadie!).

A pesar de todo, yo creo que entre las alturas y el suelo, hay otro nivel, otro nivel donde tampoco se ve el horizonte, donde la alegría es ALEGRÍA, donde los latidos marcan el ritmo de los pasos y donde una mirada vale más que mil palabras.

jueves, 10 de junio de 2010

Ellos.

Son el espejo del alma. Nunca mienten. Son transparentes, naturales, sin artificios, no necesitan ropa ni maquillaje. Lo que ves, es lo que hay.
Una carcajada deja de tener sentido si ellos te cuentan todo lo contrario. Pero si ellos sonríen...entonces no hay tutía que valga.
No suelen necesitar muchas palabras. Es más, pueden llegar a decir cosas como "no puedo (quiero) vivir sin ti" en una fracción de segundo. Pero también pueden hablar de tristeza y cuando lo hacen, hay que tener la paciencia suficiente para conseguir que el alma vuelva a brillar.
Por que, como decía al principio, los ojos, son el espejo del alma.

martes, 11 de mayo de 2010

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Filtrar pensamientos,
utilizando la cabeza y no el corazón.

Medir la importancia,
para que la cola de las preocupaciones
destaque por no destacar.

Aceptar que hay cosas incontrolables,
cosas que suceden y punto.
Como el ir venir de las personas.
Sobre todo el ir.

domingo, 2 de mayo de 2010

Guionistas.

Constantemente oímos historias.
Historias como la de aquel chico que se acercó a aquella chica en la biblioteca, sin conocerla de nada, para invitarla a un café, café que resultó ser el primero de muchos, muchísimos más.
O aquella historia en la que alguien decide que es el momento de hacer lo que siempre ha querido hacer. Como la de aquella pareja que una tarde decidió que era el momento de dar la vuelta al mundo y a día de hoy van a por la tercera vuelta.
Historias que, por un instante, te llaman a protagonizarlas, a vivirlas en primera persona. Y digo por un instante, porque creo que tenemos la mala costumbre de pensar que lo que les pasa a los demás, lo que hacen los demás y lo que tienen los demás siempre es mejor que lo nuestro. Será que se nos olvida que cada uno de nosotros es diferente y que, por tanto, nuestras circunstancias son también diferentes. Pero son nuestras, es nuestra historia, la que vivimos en primera persona, de la que escribimos el guión, escogemos los personajes (sobre todo los protagonistas), los escenarios...en fin, es la historia a la que podemos ponerle más o menos contraste o ajustar el brillo, si es necesario.

domingo, 25 de abril de 2010

1,2,3...foto!

El otro día pensaba en lo tremendamente caprichosa y selectiva que es la memoria. Entonces pensé en lo mucho que me gustan las fotografías y en lo mucho que le facilitan el trabajo a la perezosa de nuestra memoria.

Muchos de mis recuerdos se encadenan y se completan con fotografías. Imágenes que están ahí para recordarme que el aquí y el ahora tienen un ayer, imágenes cargadas de todo, de todo lo que a mi me vale.

Sin embargo, hay una foto que hace mucho tiempo que quiero capturar, pero no hay manera de conseguir.
No por falta de medios, sino por falta de "realidad". Digo "realidad" porque lo que es en mi cabeza, tengo esta foto más que tomada. Pero, ya se sabe que entre la realidad y la imaginación, hay más de un paso y aunque me encuentre muy a gusto paseando a unos cuantos metros del suelo, la realidad, sigue requiriendo tener los pies en la tierra y con los pies en la tierra prefiero quedarme con la foto que tengo en la cabeza que conformarme con cualquier foto mal tomada.

domingo, 4 de abril de 2010

Montoncito.

...no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo.

Hay mucho de verdad en esto y no sólo porque Gabriel García Márquez lo dijese en su día.
Alguna vez me he preguntado que es lo que hace que alguien deje de estar en el montón y pase a estar en tu montoncito.
No suelo encontrar una respuesta, aunque si indicios. Indicios como lo bien que le sienta a una estar a su lado o lo que sale de mi cuando estoy con este alguien, no hablo de cosas extraordinarias, hablo de bienestar, de sentirse a gusto con la otra persona y sobre todo con una misma.
Lo curioso, es que cada una de las personas de nuestro montoncito despierta en nosotros sensaciones distintas. A través de cada una de ellas descubrimos lugares de nuestro interior que hasta ese momento ni sabíamos que teníamos o que, si lo sabíamos, nos costaba llegar a ellos.
Viene a ser algo así como que cada persona del montoncito tiene una llave que, curiosamente, sabe como utilizar para llegar a esos lugares que no se ven a simple vista, pero que suelen valer la pena.
Hay quien lleva el tiempo suficiente como para necesitar un llavero, y yo espero que estos llaveros sean de los que no es fácil ir perdiendo las llaves.
Supongo que siguen quedando muchos rincones con cerradura, también supongo que tendrá que ver con el hecho de que quede mucho por andar.

En fin, yo creo que es aquí donde está la magia, en quien soy yo, cuando estás tú.

sábado, 20 de marzo de 2010

Batiburrillo.

Algo se mueve. Hace tiempo que lo notas, lo notas desde que hay un batiburrillo de pensamientos en tu cabeza, y digo batiburrillo porque aún no has conseguido darles forma ni ordenarlos. Creo que tiene que ver con crecer, evolucionar o simplemente con cambiar.
Cambio, sí, esta palabra siempre te ha impuesto mucho respeto, cambiar significa dar paso a lo desconocido y, de alguna manera, dar un paso más allá de lo conocido. Los cambios tienen mucho que ver con las etapas. Lo que pasa con las etapas es que, hasta que no consigues cerrar bien una y poner los dos pies en la siguiente, no te sientes renovada. Y es en el "durante" donde está el batiburrillo.

martes, 2 de marzo de 2010

Perspectiva.

Me gusta la perspectiva. Esa que te permite ver que entre el negro y el blanco resulta que hay multitud de tonalidades. Esa que convierte interminables cuestas hacia arriba en caminos transitables. La que te enseña que, el que las cosas no sean como habías imaginado, no significa que no puedan ser maravillosas.
Sí, sin duda, me encanta la perspectiva que da el paso del tiempo. Aunque creo que, lo que en realidad me gusta, es lo que podemos aprender de echar la vista atrás después de un tiempo. El hecho de poder ser espectadores de nuestra propia historia, pero espectadores objetivos.
Es entonces cuando te preguntas que era lo que tenía aquel personaje que te gustaba tanto o como puede ser que hayas olvidado los pequeños detalles de aquella escena ...¡Con la de vueltas que les diste en su día!. Parece que nuestra memoria tiene una capacidad limitada, o puede que no, que de una manera o otra todo esté ahí, que tengamos todos los recuerdos bien almacenados, pero que no sepamos como encontrarlos y simplemente, vayan apareciendo.

sábado, 13 de febrero de 2010

"...y comieron perdices".

Creo que he visto demasiadas películas. Sí, demasiadas películas de amor, de esas en las que, al final, siempre se encuentran, siempre se entienden, siempre se necesitan, siempre son felices y comen perdices. Sí, sin duda, he visto demasiadas. Pero me alegro de haberlo hecho. Quizás me hubiese ahorrado unos cuantos portazos en las narices, quizás hubiese abierto antes los ojos para ver que no, que lo que yo veía no era lo que había, quizás...
Pero, ¿quién me quita a mi lo bailado? nadie. Porque en cada baile aprendí algún paso nuevo, algunos fueron más difíciles de aprender que otros, pero los aprendí. No es que ahora el efecto "película de amor" se haya esfumado, es más bien que he aprendido a mantenerlo al margen, aunque de vez en cuando me pida a gritos asomar la cabecita. Pero, sucede que con cada paso de baile que he aprendido, también he ido poniendo un ladrillo (o dos) al muro del romanticismo, de los sentimientos. Y como cualquier muro que se precie, ha llegado a tener un aspecto bastante sólido. Esto se traduce en andar con pies de plomo, en "hasta que no lo vea no me lo creo".
En definitiva, lo que hay no es más que miedo, a perseguir algo y darme de bruces, a enseñarte lo que hay un poquito más allá y que decidas marcharte.

viernes, 22 de enero de 2010

Cuaderno de bitácora.

"Que no lo veamos...
no significa que no esté.
Y es que al despegar del aeropuerto de Billund el cielo era completamente gris, el color habitual por esta zona y en estos meses. Pero han hecho falta sólo unos minutos, para que el avión se haya situado sobre las nubes y un sol espléndido haya aparecido justo enfrente. Ahora mismo, desde aquí arriba, nada parece tener importancia, más que el aquí y el ahora.
Es increíble, como si hubiésemos subido al ático del mundo, donde no hay más que un infinito manto de nubes blanco y un inmenso cielo azul, por el que se ve de lejos la estela que deja algún que otro avión (¿A dónde irá este que pasa ahora por nuestra izquierda?). No sé si seguir escribiendo o no hacer nada más que mirar por la ventanilla...aunque bueno, supongo que puedo seguir haciendo las dos cosas a la vez.
Así que, volviendo a nuestro viaje...
Nuestra estancia en Vejle ha dado bastante de sí..."

A pesar de que esto es sólo un trocito, de 4 días que dieron para unas cuantas páginas más, me ha gustado este fragmento, porque de alguna manera, refleja lo que fueron esos 4 días en los que "nada parecía tener importancia más que el aquí y el ahora" (bueno y el frío...!).

sábado, 2 de enero de 2010

2010.

¿Mi propósito?

No dejar de tener propósitos,
ni de soñar,
terminar de aprender que importa el hoy y el ahora,
que la calidad del camino es tan valiosa como la meta.
Conseguir que sonrías más, ¡mucho más!,
dejarme contagiar por esas "risas" que tan bien le sientan al día a día.
Seguir conociendo(me/te).
Hacer menos montañas de pequeños granitos de arena,
(sí sí, tiene que ver con eso de dejar la importancia para las cosas importantes).
Seguir cuidando(te/me) mucho,
y dejando que me cuides.


En fi,
benvingudíssim 2010!