martes, 29 de septiembre de 2009

La loca de la casa.

Así la llama ella, "La loca de la casa" y ella siempre me dice: "Marta, no dejes que campe a sus anchas" y tiene toda la razón, como el 99% de la veces claro. Lo que pasa con la loca de la casa, es que si le dejas hacer la suya termina distorsionándolo todo, te lleva por caminos que no tienen salida y acabas dando vueltas y más vueltas a cosas feas, feísimas que, además, la mayoría de las veces no son ni verdad. Así que a la loca de la casa no hay que darle ni un dedo, porque sino te coge el brazo entero, hay que aprender a no dejarla entrar, a mantenerla al margen. ¿Qué, cómo se aprende esto? pues aún estoy en ello, pero empiezo a intuir que mucho tienen que ver los demás, esos que te arrancan sonrisas casi sin quererlo y que además verte sonreír a ti les hace sonreír a ellos también, estos personajes no deberían faltar en ninguna historia, porque dan color, vitalidad, alegría y sobre todo mantienen alejada a la loca de la casa y a ésta, no la queremos ni ver.

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