lunes, 11 de abril de 2011

a lápiz.

Encontró un libro y fue algo así como quien encuentra un tesoro. Le bastó leer el reverso, donde cada palabra hacia más méritos que la anterior, para darse cuenta de que ese libro iba a ser especial. Tan especial que le ganaban las ganas, las ganas de querer hacer una película de aquel libro del que no había leído más que las primeras páginas. Las leía despacio, no por falta de interés si no porque se enredaba en detalles, detalles que contaban mucho más de lo que decían. Le fascinaba la idea de que cada página no hiciese más que corroborar que la etiqueta de 'especial' empezaba a quedarse corta para aquellas páginas. Y así, sin medir las implicaciones, quiso llevarlo a la gran pantalla, decidió que aquello merecía imágenes y por supuesto una banda sonora. Quería el papel de protagonista, quería convertir el singular de aquella historia en plural, su plural. Apenas habiendo terminado el primer capitulo, dando por supuesto que sabía mucho más de lo que había leído, empuñó la cámara y por primera vez, olvidó la vergüenza que le daba estar delante de una cámara. Pero no sólo olvidó la vergüenza, también olvidó que el plural implica un mínimo de 2. Olvidó que una película necesita un guión y por supuesto un director, dos en este caso, dos guionistas y dos directores, si de verdad quería convertir el singular en plural. Quiso ser protagonista sin haber escrito, ni borrado, ni subrayado, ni tachado apenas una sola palabra. Con todo esto olvidó también su historia, su historia en singular. Olvidó muchas cosas y el único botón de la cámara que pulsó fue el de 'pause', sí, pausa, para seguir leyendo ese libro, que le sigue pareciendo fascinante, y sobre todo pausa para escribir y tachar, escribir mucho y tachar aún más, sin miedo y sin prisa, que de lápices y saca puntas, tiene de sobra.

4 comentarios:

  1. G E N I A L!
    Qué original Marta.
    Aunque se puede dar un guionista que además sea director no?
    Siempre es mejor pausar ante la duda!

    Me gusta mucho :)

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  2. Escritas a lápiz suenan más hermosas tus palabras. Muy bonito.

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  3. Ni imaginamos cuántas veces los guionistas tachan y reescriben antes de hacer una película, y más si pretenden hacerlo en plural en vez de dos singulares.
    Se han dado casos de guiones dejados en stand by que al cabo de un tiempo han recobrado vida por si solos.
    De momento, no pierdas ni lápiz ni saca puntas.

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